Fernando Fischmann

El futuro del internet de las cosas

5 Noviembre, 2014 / Artículos

Estacionamientos que no te hagan perder el tiempo. Parquímetros que te permitan pagar a través de un mensaje de texto. Tratamiento de residuos, ciudades iluminadas y basureros inteligentes. Comunidades conectadas. Ésta es la premisa detrás de las ciudades conectadas e inteligentes que en un futuro cercano estarán al alcance de todos.

Para Jordi Botifoill, presidente de Cisco en América latina, nos encontramos en la tercera revolución industrial.

Con el imperante crecimiento del Internet de las cosas (IoT) y las ciudades conectadas, se espera que la brecha digital se reduzca considerablemente. Hablar de un país conectado es hablar de comunidades empoderadas por la tecnología.

Para Joseph Bradley, vicepresidente consultor de Internet of Everything (IoE) de Cisco, en el 2014, cada 10 minutos generamos la misma cantidad de información que desde el inicio de la humanidad.

Para Bradley, el área de oportunidad se encuentra en la manera en que se transforma el análisis de datos y cómo se puede convertir en una ganancia.

La primera ciudad inteligente en la región, según Chris White, vicepresidente senior de Internet of Things, está a un año de distancia. En México, Guadalajara y Puebla, son las dos ciudades que bajo la óptica de Cisco, ya se encuentran encaminadas hacia convertirse en ciudades del futuro.

En América latina, Medellín y Guayaquil (Colombia), Quito y Yachay (Ecuador), y Río de Janeiro (Brasil) se perfilan para estar conectadas en su totalidad.

El Internet de todo busca ir más allá que solo tener equipos conectados a la red. La idea es que toda la información procesada pueda facilitar ciertos procesos, como ahorrar tiempo en supermercado, reducir las congestiones viales o cómo en el caso de Barcelona, ahorrar recursos con la integración de sensores en basureros para poder programar las recolecciones.

Para América latina, la ganancia que el Internet de todo puede dejar, está calculada en los 870 billones de dólares. 226,000 millones de dólares para el sector industrial, 163,000 millones de dólares para el sector público, 58,000 millones de dólares para servicios financieros, 36,000 millones de dólares para el sector energético y 15,000 millones de dólares para el transporte.

Hace un año, la tendencia de la tecnología usable (wearable technology) se enfocó en la conectividad de la ropa, los relojes inteligentes y pulseras que monitorean el desempeño y la salud. Ahora, el enfoque está en aprovechar toda esa información recolectada en estos dispositivos y transformarla en beneficios para toda una comunidad.

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