Fernando Fischmann

El principal obstáculo para hacer innovación no es la tecnología, son las personas

23 Mayo, 2018 / Artículos

Hace unos días el Club de Innovación inauguró el primer hub de innovación corporativa del país y de Latinoamérica, instancia que busca activar y acelerar la innovación corporativa de sus más de 40 asociados. La tarea es ambiciosa, pues el centro planea expandirse a la región con un proyecto de transformación y desarrollo digital que ya partió en Colombia, y que está siendo liderado por el exvicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran.

Desde su reconocida experiencia, el economista profundiza en este modelo de gestión de innovación, que desde un enfoque sistémico, puede, en su opinión, ir cerrando el déficit de productividad que el país lleva por más de 17 años.

-¿Cuáles son las metas que se ha propuesto el club para aportar a recortar esta brecha?

– Para avanzar en enfoques de innovación abierta a nivel corporativo el tema tiene que ver mucho con la interacción de las personas, primero al interior de la organización y luego en cómo esa organización es capaz de vincularse con un ecosistema global que desarrolla conocimiento y tecnología a una tasa vertiginosa. Lo que hacemos a través de la incorporación de empresas como miembros del club es traer esta experiencia global, la que en Chile está subdesarrollada, como un enfoque de gestión de la innovación a nivel corporativo, la que se suma a una serie de

– El club tiene un proyecto de transformación y desarrollo digital para los próximos tres años ¿Cuál será su alcance?

– La transformación digital es clave, es el primer tsunami tecnológico ocurriendo y lo que está generando el club es una plataforma virtual que facilita la interconexión y la colaboración en el ecosistema de innovación global y con los partners internacionales. Pero muchas veces lo que inhibe la innovación en las corporaciones o la innovación con terceros son elementos de déficit de capital social y en la base de ese déficit está la confianza, entonces también hay un espacio físico que es este cowork a disposición de los miembros para iniciar el proceso con conversaciones y traerlos a un ambiente que nosotros lo definimos como un ´honest broker´.

El proceso de hacer innovación abierta parte con conversar primero para generar confianza, conectarte con aquellos que pueden ser complementarios y colaborar (…) hay que trabajar sistemáticamente para ir rompiendo estas barreras culturales.

No es la tecnología el principal obstáculo, son las personas y la forma en que interactúan entre sí al interior de las organizaciones.

– Ha dicho que para subirse a las transformaciones tecnológicas disruptivas se requiere impulsar la innovación sistémica con participación de varios actores, entre ellos las empresas pero su tasa de I+D y de innovación es aún baja ¿Algo se ha hecho mal? o ¿desde las empresas se ha subestimado el hacer innovación?

– Cuesta cambiar la cultura y en ese sentido uno se acostumbra a un enfoque un poquito más rentista del desarrollo de negocios. El tema de la innovación tiene que ver con cómo voy generando lo que los economistas llamamos cuasi rentas y que tienden a desaparecer cuando dejo de innovar, entonces la única respuesta a eso es la innovación permanente, no como una moda pasajera y eso requiere un shock cultural al interior de aquellos que tienen el poder en las empresas.

– ¿Falta que las grandes empresas confíen más en el talento de las startups?

– Acercarse y atraer emprendimientos de base tecnológica que tienen la capacidad de observar fenómenos y hacer propuestas de innovación que difícilmente se generen en la estructura corporativa tradicional es una ventaja. Que no sientan las grandes empresas que les están haciendo un favor o un tema de responsabilidad social el vincularse con esas startups.

– ¿En qué aspectos de la innovación se ha avanzado más?

– El Global Entrepreneurship Index desde 2015 nos empieza a poner sistemáticamente entre los 20 países más importantes del mundo en emprendimiento dinámico por la formación de ecosistemas, que no son iniciativas aisladas. Hay que ponerse la meta de estar entre los 10 mejores en los próximos 10 años (…) Por primera vez, se ha creado un enorme capital social en programas de innovación sistémica y te puedo dar un dato que no está en la prensa: se movilizaron US$ 600 millones de los cuales un 42% fue financiado por el sector privado para hacer I+D+i entre 2015 y el 2018.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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