Fernando Fischmann

Las personas, clave del éxito en la innovación.

12 Diciembre, 2014 / Artículos
fernando fischmann

El 72% de las empresas españolas afirma que la innovación contribuye positivamente a su competitividad en el mercado nacional y el 86% afirma que les ha ayudado a afrontar la crisis con más garantías, según el “Estudio de la innovación empresarial en España en 2014” de la CEOE. Además, se ha constatado que el principal mecanismo que favorece la internacionalización es el desarrollo de actividades de I+D+i exitosas.

No obstante, sólo un 10% de las empresas de nuestro país son capaces de introducir innovaciones en el mercado, de acuerdo con datos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, los que nos sitúa en el furgón de cola de países innovadores en la Unión Europea.

¿Por qué un 70% de las empresas españolas lo intentan pero sólo un 10% consiguen claros éxitos en innovación en sus retos de negocio y en la generación de una verdadera cultura innovadora? Si bien el fracaso y el consecuente aprendizaje es un componente clave para acertar en el futuro, cabe cuestionarse cuáles son los factores que explican nuestros escaso balance en cuanto a capacidad innovadora.

Sin duda alguna, no hay una sola causa para explicar esta situación. Múltiples factores inciden simultáneamente en el proceso de innovación y, por lo tanto, influyen en su consecución: desde la capacitación de los equipos hasta la tecnología utilizada, desde la correcta interpretación de la necesidad que se desea cubrir hasta las ayudas e incentivos que las administraciones públicas ponen al servicio de las empresas, así como el acceso a la financiación, el tamaño de las empresas, el ecosistema de centros y parques tecnológicos, etc.

No obstante, especialmente en las grandes empresas, las causas fundamentales de los fracasos en innovación no suelen estar relacionadas con estos factores, sino con la inexistencia de una cultura corporativa que fomente la emprendeduría, con una política errática de gestión de personas, con la baja implicación de la alta dirección y con las dificultades de las organizaciones de anticiparse a la evolución del mercado y las necesidades de sus diferentes grupos de interés. Dicho de otro modo, son básicamente las personas las que determinan el éxito o el fracaso en la innovación.

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