Fernando Fischmann

Mayor innovación y autonomía tecnológica

24 Julio, 2017 / Artículos

Tomás Vivanco y Andrés Briceño, creadores de FabLabs en Chile, explicaron cuál es el escenario chileno en temas de innovación y tecnología y cuáles son los desafíos que el país tiene para posicionarse como líder en esta materia.

 ¿Por qué este año el congreso se realiza en Chile?

AB: Todos los años el evento se desarrolla en distintas ciudades del mundo, y el proceso de selección se realiza a través de la presentación de propuestas que se exponen en cada conferencia. De esta forma, en el evento de este año se escogerá la sede que realizará el evento el año 2019.

En nuestro caso, nos adjudicamos esta posibilidad hace dos años en Boston, en el marco de Fab11, pudiendo destacar entre las propuestas presentadas por Brasil, México y Colombia, fundamentalmente por nuestra posición de trasladar el evento y su contenido hacia temáticas que tuvieran relación con las capacidades transformadoras que poseen estos espacios con la sociedad.

En materia tecnológica, ¿Cómo Chile se posiciona en fabricación digital e innovación tecnológica a diferencia de sus vecinos?

TM: Chile en la materia forma parte del circuito Latinoamericano, destacándose a nivel académico, pero no a niveles que involucren la empresa privada o el estado. Chile es un país extremadamente conservador, donde los sectores públicos y privados, salvo excepciones, aún no ven con interés espacios que sean capaces de generar conocimiento y valor desde el diseño, ya que todo está orientado al marketing y a la venta de materias primas.

De todas formas vemos con buenos ojos las políticas públicas que se han trazado estos últimos años, que favorecen la proliferación de una escena que pueda generar transformaciones de la matriz productiva nacional, como el Plan Interministerial de Economías Creativas, liderada por el Consejo de la Cultura, los programas que ha impulsado CORFO, que permiten generar tecnología desde espacios nuevos como el nuestro, al igual que el programa regional SE Santiago Ciudad Inteligente, que ha integrado diversos actores para hablar o intentar hablar de una ciudad y de paso disponer de instrumentos que permitan incorporar e innovar a través de tecnología en la ciudad.

¿Cuáles son los desafíos en esta materia?

AB: Salir de la idea de que la tecnología la hace la gran empresa, las mineras o la academia. Las posibilidades para diseñar usando tecnología hoy son muchas, debido a la democratización de las mismas y la proliferación de espacios como el nuestro que permiten operar desde la autonomía y a baja escala diseños que puedan traducirse en opciones reales para nuestra sociedad.

En ese sentido como país nos falta mucho desde el punto de vista cultural, ya que se siguen insistiendo en posiciones cegadas en criterios macroeconómicos que sólo generan posiciones comerciales, desligadas muchas veces de una profundidad que nace de necesidades sociales y no del mercado.

Quizás, el nuevo ministerio de Ciencia y tecnología será un gran aporte desde esa perspectiva y esperamos que des encapsulen los recursos de investigación que hoy Conicyt maneja y permitan a otros espacios tener mayor acceso para desarrollar investigación y propuestas tecnológicas con mayor independencia del mundo académico tradicional. Hace falta mayor investigación aplicada, ya que hoy las condiciones lo permiten y las nuevas generaciones lo demandan.

¿Cuáles son las áreas que más están llamando la atención?, es decir ¿se están generando más proyectos en ciudad, vivienda, innovación, emprendimiento, medio ambiente, energía, educación y descentralización?

TV: La educación es uno de los espacios donde más rápido se generan cambios, debido fundamentalmente al fenómeno que Internet ha generado, por la capacidad de acceder al conocimiento libremente. Prueba de ello es cómo las principales universidades del mundo hoy te permuten a través de plataformas como Edx o Coursera estudiar gratis en cursos con profesores de primer nivel, desencapsulando el aula tradicional de 40 o 50 estudiantes a 3.000 o 4.000.

Otra área que permite introducir cambios, y que paulatinamente los estados lo están comprendiendo sumándose a diversas iniciativas, es lo que respecta a la ciudad. Pese a que el concepto que han acuñado las autoridades es el de Smart Cities, el cuál proviene del mundo corporativo, se ha instalado de forma interesante la importancia que tiene la ciudad como una entidad clave en el desarrollo de un país, pero involucrando al ciudadano en ello y a otros parámetros claves en el asunto, como el medio ambiente, la energía, etc. Más allá de visiones partidistas e ideologizadas, en muchos aspectos Chile y la región se encuentran instalando temas que hace diez años atrás eran absolutamente impensados.

¿Cuáles consideran son las áreas en que más se necesita innovación tecnológica? ¿Existen espacios del desarrollo urbano y social donde haga falta mayor desarrollo tecnológico para el correcto funcionamiento de la sociedad?

AB: La innovación tecnológica por la innovación tecnológica es una torpeza. La tecnología es un medio para alcanzar otros fines, y en ese sentido la gracia del asunto es que hoy tenemos más posibilidades para acceder a plataformas tecnológicas que nos cuestionan todo el modelo, abriendo canales a nuevos formatos para educarnos, financiar ideas, movilizarnos, comunicarnos, fabricar, etc.

Lo que está pasando en realidad, es que estamos frente a una transformación para operar aún desde la libertad que permite la incomprensión del status quo. Por ende, aunque pareciere que el mundo se cae a pedazos, esta ventana entrega potencialmente muchas oportunidades para transformar en el lugar que está nuestra sociedad.

¿Existe alguna política innovadora que está adoptándose en el mundo y que se debería conocer más?

TV: Hay muchas demostraciones que el modelo está cambiando, o que al menos grupos de personas se están moviendo a otras propuestas por la convención. Hoy, un cambio mayúsculo viene desde la educación, principalmente sacando la idea de currículums, con asignaturas burbujas y orientado a acumular datos sin mayor cuestionamiento a un escenario transversal, en donde lo que se valora es el aprendizaje activo desde la construcción de experiencias valiosas, que permitan la construcción de preguntas y procesos creativos-técnicos valiosos. Esto en muchas universidades destacadas en el mundo y en escuelas primarias se ha vuelto una realidad.

Una de las principales razones es que como civilización nos hemos alejado tanto de la creatividad, por la imposición de la lógica operativa centrada en factores comerciales, que por el avance tecnológico muchas tareas hechas por personas serán fácilmente reemplazadas por máquinas, entonces la cuestión sólo se enfrenta con algo que las máquinas aun están a años luz de nosotros: la famosa creatividad, esto es, a mayor creatividad menos posibilidades tiene la tecnología de reemplazarme

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

 

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