Fernando Fischmann

Trucos para mantener la calma bajo presión

22 Octubre, 2019 / Artículos

La mayoría de nosotros ha experimentado ese momento terrible en que nos damos cuenta de que cometimos un error grave. Tal vez fue una equivocación al sumar al hacer un presupuesto o tal vez un olvido al momento de reservar un lugar para una reunión importante. Los detalles son diferentes, pero en algún punto, todos hemos sentido un momento de pánico.

Los errores son inevitables, pero el secreto para superarlos es mantener la calma.

Un nuevo estudio de la Harvard Business School muestra que casi todos tratamos de mantener la cabeza fría de maneras equivocadas. Las personas que dan la bienvenida a las crisis – tanto que los obstáculos los emocionan -, se desempeñan mejor que aquellos que tratan de forzar la calma.“Las personas creen que estar muy tranquilos es la mejor manera de manejar la ansiedad, pero puede ser difícil y poco efectivo”, dice la autora del estudio Allison Wood Brooks.

Mantener la compostura, el enfoque y la efectividad bajo presión se pueden lograr con la mentalidad correcta. Las personas que manejan bien las crisis son capaces de canalizar sus emociones para producir el comportamiento que necesitan.

En otras palabras, transforman la ansiedad en energía y emoción.

Esto no puede pasarte si no pones tu cerebro en línea con la lógica correcta.

Sí, cometer un error puede ser humillante. Es posible que te grite tu jefe y que la equivocación se refleje en tu evaluación, pero lo más seguro es que no te despidan, pierdas tu casa, tengas que vivir en tu carro o cualquier otro escenario catastrófico que te estás imaginando por la ansiedad.

Si te cuesta trabajo poner las cosas en perspectiva, solo hazte estas dos preguntas simples: “¿Qué es lo peor que puede pasar como resultado de tu error?” y “¿Esto será importante en cinco años?”. Tus respuestas a estas cuestiones deben poner fin a cualquier historia de terror que te estés contando. Te darás cuenta de que estás entrando en pánico solo por miedo a la vergüenza. Una vez que superes esa parte, puedes crecer tu confianza para mejorar las cosas.

Para ayudarte a mejorar la perspectiva, piensa en aquellas situaciones que hayan sido peores que la tuya. Seguramente, hay personas dentro de tu propia empresa que han cometido errores peores y que están bien. Esos errores que crees que son legendarios en realidad no tuvieron mayor impacto en ellos.

Recuerda: eres más que un mal momento. Un error no te define.

Después, necesitas reconocer que las personas de verdad están menos enfocadas en ti de lo que crees.

Es muy fácil sentir que estás en el “ojo del huracán”. Te sientes avergonzado y te preocupa tu trabajo. Cuanto más te sientes juzgado por los demás, más alimentas tu ansiedad. Pero tu jefe, y todos tus compañeros, pasan más tiempo superando el mal momento que en ti. Y eso es justo lo que tú también debes hacer. Debes recordar que las demás personas no tendrán tiempo de criticarte hasta que se haya calmado la tormenta, por lo que es indispensable que seas parte de la solución.

Ahora, necesitas magnificar tu lógica

Nada te ayuda a mantener la cabeza en el lugar correcto como el pensamiento lógico. Una vez que hayas frenado el pánico, debes hacerte estas preguntas fácticas: “¿Qué pasó exactamente?”, “¿Cuáles son las repercusiones posibles?”, “¿Hay tiempo de frenar estas repercusiones?”, “¿Qué gente se necesita para superar la crisis?”, “Si es muy tarde para paliar los efectos, ¿cómo podemos mitigar el daño?” No dejes que tu mente se pierda en recriminaciones absurdas, sobre todo contra ti mismo.

Finalmente, toma acciones

Una vez que hayas determinado qué paso y tengas la mente en el lugar correcto, es tiempo de manejar la situación. Posponer el arreglo de una crisis solo aumenta el nerviosismo; inyectar tu energía en mejorar las cosas es una gran distracción contra la ansiedad. Recuerda, emocionarse por el reto de levantarse de las cenizas te ayudará a hacer un gran papel.

No seas tan duro contigo mismo

Nadie es perfecto. Hasta las personas más exitosas cometen errores graves. El primer automóvil de Henry Ford fracasó después de solo 18 meses; Oprah Winfrey fue calificada como no apta para ser presentadora de televisión cuando empezó a trabajar; a Walt Disney lo despidieron de un periódico por falta de creatividad. Recriminarte no te ayudará y ciertamente, no impulsará a que resuelvas el problema.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

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