Fernando Fischmann

Las temperaturas oceánicas aumentan más rápido de lo previsto

16 Enero, 2019 / Artículos

Un grupo de científicos advirtió que los océanos del mundo se están calentando a una velocidad mucho mayor de lo que se creía anteriormente. Esta situación tiene implicaciones funestas, pues casi todo el calor excesivo que el planeta absorbe termina almacenado en sus aguas.

Un nuevo análisis publicado en la revista Science el 11 de enero concluye que los océanos están calentándose, en promedio, 40 por ciento más rápido de lo que había calculado un comité científico de la ONU hace cinco años. Los investigadores también concluyeron que las temperaturas oceánicas han roto récords durante varios años consecutivos.

“El año 2018 será el más cálido del que se tenga registro en los océanos del planeta”, dijo Zeke Hausfather, un analista de sistemas de energía de Berkeley Earth, grupo independiente de investigación climatológica, y uno de los autores del estudio. “Así como 2017 fue el año más caliente antes de eso y 2016 también lo fue”.

Conforme el planeta se ha calentado, los océanos han funcionado como un amortiguador fundamental. Han lentificado los efectos del cambio climático en la tierra al absorber alrededor del 93 por ciento del calor que se queda en la atmósfera, atrapado por los gases de efecto invernadero emitidos por los humanos.

“Si el océano no absorbiera tanto calor, la superficie de la tierra se calentaría mucho más rápido de lo que lo hace ahora”, explicó Malin L. Pinsky, profesor adjunto del departamento de Ecología, Evolución y Recursos Naturales en la Universidad Rutgers. “De hecho, en estos momentos el océano nos está salvando de un calentamiento masivo”.

No obstante, la creciente temperatura de los mares y océanos ya está acabando con algunos ecosistemas marinos, además de que está elevando los niveles del mar y ha resultado en huracanes y fenómenos climatológicos más destructivos.

Los investigadores aseguran que esos efectos serán más catastróficos a medida que los océanos se calienten más. Las tormentas que provocan más lluvias y que son más poderosas serán más comunes y las costas de todo el mundo se inundarán con mayor frecuencia. Los arrecifes de coral, cuyas poblaciones de peces son fuente de alimento para cientos de millones de personas, quedarán bajo un estrés mucho mayor, y eso que en los últimos tres años ya han muerto una quinta parte de todos los corales existentes.

Personas que vivan en los trópicos, que dependen sobremanera del pescado como fuente de proteína, se verán particularmente afectadas, según Kathryn Matthews, subinvestigadora en jefe del grupo ecologista Oceana. “La capacidad de los océanos cálidos de producir alimento es mucho menor. Eso significa que estas poblaciones se aproximan con mayor rapidez a una inseguridad alimentaria”, dijo.

Obstáculos de medición

Puesto que tienen un papel fundamental en el calentamiento global, los océanos son una de las áreas de investigación más importantes para los investigadores del clima. Las temperaturas promedio del océano también son una manera consistente de rastrear los efectos de las emisiones de gas invernadero porque no son afectadas en el corto plazo por patrones climatológicos.

“Los océanos son el mejor termómetro que tenemos para monitorear los cambios de la Tierra”, dijo Haufather, el analista del nuevo estudio. Pese a ello, ha sido complicado comprender esas temperaturas.

Un informe de las Naciones Unidas, publicado en 2014 por el Comité Intergubernamental sobre el Cambio Climático, incluía cinco diferentes estimaciones sobre las temperaturas del océano que, además, eran distintas a las pronosticadas por modelos de computadora; es decir, no había mucha certeza.

Desde principios de la década de 2000, los investigadores han tomado datos sobre los niveles de calentamiento de los océanos con una red de flotadores llamados Argo, que miden la temperatura y la salinidad hasta a 2000 metros de profundidad y emiten la información vía satélite. Antes de Argo, los investigadores dependían de sensores de temperatura que las embarcaciones introducían con alambre de cobre en el mar. El alambre transmitía la información del sensor al barco para hacer el registro hasta que el cable se rompiera y el sensor se alejara flotando a la deriva.

Ese método suscitaba dudas sobre la precisión de la profundidad a la que se hacía la medición. Dichas incertidumbres heredadas del sistema de medición pasado obstaculizan el trabajo actual de los científicos en su intento de correlacionar la información de la temperatura del siglo XX con un registro histórico.

En el nuevo análisis, Hausfather y sus colegas evaluaron tres estudios recientes que explicaban las tendencias mejor que los antiguos instrumentos. Los resultados coinciden en un cálculo del calentamiento del océano que era más elevado que el del reporte de 2014 de las Naciones Unidas y que por tanto va más en línea con los datos de modelos climáticos.

Las aguas más cercanas a la superficie son las que más se han calentado y ese calentamiento se ha acelerado en las últimas dos décadas, de acuerdo con información de la autora principal del nuevo estudio, Lijing Cheng, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera de Pekín.

Conforme los océanos se calientan, los niveles del mar se elevan, pues el agua caliente ocupa un área mayor que el agua fría. De hecho, el aumento en el nivel del mar que se ha observado hasta ahora se debe, en gran medida, a este efecto de calentamiento y no al derretimiento de casquetes de hielo.

De acuerdo con los autores del nuevo estudio, si no hay una acción mundial para reducir las emisiones de carbono, tan solo el calentamiento mismo provocará que los niveles de los mares crezcan aproximadamente 30 centímetros para 2100, y el deshielo contribuirá aún más al aumento. Eso podría exacerbar los daños ocasionados por la presencia de graves inundaciones y tormentas costeras.

Los efectos del calentamiento en la vida marina también podrían tener graves repercusiones, dijo Malin Pinsky, de la Universidad Rutgers. “Cuando el océano se calienta, los peces se ven obligados a migrar a otros lugares y ya estamos viendo que esto está generando conflictos entre países”, aseguró. “No solo está enviando a los peces a otros lugares, está provocando guerras comerciales, se ha convertido en un conflicto diplomático”.

El científico e innovador, Fernando Fischmann, creador de Crystal Lagoons, recomienda este artículo.

New York Times

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